Esta mañana la sensación era rara. Iba a despedirme de mis primeros alumnos. En el fondo no era consciente de que no iba a ver más a estas personitas que me han acompañado en mi aventura como maestra primeriza.
Nada más llegar todos los nenes me recuerdan que tengo que pasar por su clase, que tienen fiesta de despedida. Yo digo que sí a todos sabiendo lo difícil que me iba a ser dar el discursito.
Preparo todos los diplomas de doscientos alumnos y paso clase por clase para dárselos y despedirme. Maxi-abrazos, besos, sonrisas, y lágrimas.
No pude soportar ver a muchos niños llorando como bebés abrazados a mí y preguntándome por qué me tenía que ir. Incluso han llegado a pedirme perdón por portarse mal a veces...pobrecitos míos! Y cómo les explico yo que eso no depende de mí...
Regalitos y más regalitos, palabras preciosas, miradas de "no te vayas seño"...qué difícil ha sido. Además cuando pensaba que ya había terminado el trance, bajan a los niños al patio y otra vez todos conmigo... ='(
Lo que más me ha marcado es ver a un alumno de 13 años de los que más guerra me ha dado, uno de estos de "agárrate y no te menees", llorar desconsolado abrazado a mí. Se me ha partido el alma cuando me ha dicho que no quiere que me vaya y que me he portado muy bien con él.
Hoy toca un post triste porque es como me siento. Ya no voy a ver más a mis niños. Esos niños que tanta guerra pero también tanto cariño me han dado. Supongo que con el tiempo me acostumbraré a que generaciones vayan pasando por mis manos, y las tenga que dejar pasar.
Tengo suerte de poder dedicarme a esto. Ahora sí que soy consciente de ello.
Os dejo un vídeo que me gusta mucho.
Nada más llegar todos los nenes me recuerdan que tengo que pasar por su clase, que tienen fiesta de despedida. Yo digo que sí a todos sabiendo lo difícil que me iba a ser dar el discursito.
Preparo todos los diplomas de doscientos alumnos y paso clase por clase para dárselos y despedirme. Maxi-abrazos, besos, sonrisas, y lágrimas.
No pude soportar ver a muchos niños llorando como bebés abrazados a mí y preguntándome por qué me tenía que ir. Incluso han llegado a pedirme perdón por portarse mal a veces...pobrecitos míos! Y cómo les explico yo que eso no depende de mí...
Regalitos y más regalitos, palabras preciosas, miradas de "no te vayas seño"...qué difícil ha sido. Además cuando pensaba que ya había terminado el trance, bajan a los niños al patio y otra vez todos conmigo... ='(
Lo que más me ha marcado es ver a un alumno de 13 años de los que más guerra me ha dado, uno de estos de "agárrate y no te menees", llorar desconsolado abrazado a mí. Se me ha partido el alma cuando me ha dicho que no quiere que me vaya y que me he portado muy bien con él.
Hoy toca un post triste porque es como me siento. Ya no voy a ver más a mis niños. Esos niños que tanta guerra pero también tanto cariño me han dado. Supongo que con el tiempo me acostumbraré a que generaciones vayan pasando por mis manos, y las tenga que dejar pasar.
Tengo suerte de poder dedicarme a esto. Ahora sí que soy consciente de ello.
Os dejo un vídeo que me gusta mucho.
